Entre los mayores retos que afronta la sociedad del 2000, está el de consolidar un
tejido social positivo que permita la convivencia armónica entre personas, grupos,
colectividades y países, salvaguardando su identidad como personas, como grupos
o naciones y, a la vez, actuando solidariamente para con los demás para coadyuvar
a la supervivencia, para aumentar la calidad de vida, para hallar significado en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario